Estas 3 semanas he metido bastante carga, sobretodo la segunda semana en la que acumulé muchos km de calidad, pensando en las 2 últimas carreras de la primera parte del año. Una de esas pruebas es Carcelen, y hasta allí me desplacé.
Por delante un recorrido técnico y polvoriento, con un par de subidas interesantes, sobretodo una primera en la que se romperían los grupos. Durante la prueba me sentí bastante torpe, aun así me mantuve en el top10 élite hasta la mitad de la carrera, donde perdí dicho top y me tocó perseguir. No me sentía del todo cómodo, ni en tramos de pista ni en los senderos, perdiendo mucho tiempo y haciendo que me pillaran por detrás y se me fueran por delante.
Pasado el km 20 me enganchan por detrás un par de corredores, a los que me engancho y hago unos cuantos km con ellos, pero en un tramo de sendero, uno de ellos abre hueco, y cuando salimos de dicho sendero no puedo engancharlo, por lo que me quedo en tierra de nadie y mirando hacia detrás, por donde viene otro corredor intentando darme caza. Por suerte en este momento me siento algo mejor, y consigo mantener la ventaja que llevaba con el y entrar en meta el 12º élite.
A decir verdad me esperaba un resultado algo mejor, un top10, ya que había entrenado bien y el terreno no era malo para mi, pero no siempre el cuerpo va como uno quiere, por lo que me lo tomo como un entrenamiento de calidad para la prueba del próximo Domingo en Molinicos, la cual se prevee dura, tanto por el terreno como por la ola de calor que azota España.
Con este resultado me coloco 5º élite en la general, pero con ganas de vacaciones, puesto que llevo ya 16 días de competición (2 menos que el total del 2018) y un total de 736,5 km en carreras (11,29 km menos que en toda la temporada pasada)
