Sabía que la cosa estaría complicada, ya que arrastraba durante toda la semana previa a la carrera un importante resfriado, pero yo quería tomar la salida y estar un "pelín" mas cerca de acabar esta temporada 2017, pues se me esta haciendo algo larga. Se dio la salida, y en un principio me encontré bastante bien, adelantando grupos para enganchar con los cabeceros, pero tras 8 km de pista rápida, llegó una bajada muy rota, con regueros y curvas en herradura, mas la "polvisquera" que levantaban las bicis, por lo que decidí levantar un poco el pie y no jugármela en demasía. A mitad de bajada había un chico sangrando, bastante mal (Se había roto la mandíbula, desde aquí quiero mandarle ánimo) y junto a él me encuentro a mi compañero Vicente, paro y pido que alguien saque un móvil para llamar a protección civil, todo esto rodeado de ciclistas que pasaban a nuestros lado. Una vez que se queda el chico con gente de su equipo y vemos que sobramos, Vicente y yo continuamos la carrera. Habíamos perdido muchos puestos, pero empezaba la dura subida al pinar de don Vicente, y recuperé algunos. Y hasta aquí me duró la gasolina, no se si fue por el resfriado, por la acumulación de km durante la semana aun estando enfermo o una mezcla de las 2, pero las piernas no se movían. Me pasaba gente por todos lados, excepto el compañero Vicente que me animaba y me ofrecía su rueda, pero en cada pequeño repecho me descolgaba y me era imposible seguirlo. ¡Y aun quedaba la segunda subida al pinar! Lo mas sensato hubiese sido abandonar, pero no podía permitirme ese lujo después de romper la semana pasada y acumular ya 4 abandonos este año, por lo que cambié el chip a modo terminar, sabía que no estaba en mi sitio, pero había que acabar. Y al final, tras la última subida la cual se me hizo durísima y un último llaneo tras Vicente conseguimos llegar a meta siendo el 33º élite. Está claro que después de estar en el top20 en las últimas 2 carreras no es un resultado que me agrade, pero me quedo con el hecho de haber podido acabar esta carrera con esas sensaciones tan malas y con el buen compañerismo de Vicente, que por mucho que le insistía en que tirase para delante se quedó conmigo en todo momento. Me queda mínimo 1 día de competición donde espero estar al 100% y poder acabar la temporada con gran sabor de boca. ¡Nos vemos en Ossa de Montiel!
IRONMANCHUELA 2017
Después del abandono del pasado fin de semana en la carrera de Fuente Álamo (por rajar el flanco del neumático) me volvía a poner un dorsal, esta vez para correr la clásica Ironmanchuela. Carrera que engaña, pues sus 42 km y 800D+ se agarran mas de lo que pueda parecer, mas si cabe cuando te meten la subida al pinar de don Vicente (1 km al 10% con rampas de hasta el 25%) 2 veces.
Sabía que la cosa estaría complicada, ya que arrastraba durante toda la semana previa a la carrera un importante resfriado, pero yo quería tomar la salida y estar un "pelín" mas cerca de acabar esta temporada 2017, pues se me esta haciendo algo larga. Se dio la salida, y en un principio me encontré bastante bien, adelantando grupos para enganchar con los cabeceros, pero tras 8 km de pista rápida, llegó una bajada muy rota, con regueros y curvas en herradura, mas la "polvisquera" que levantaban las bicis, por lo que decidí levantar un poco el pie y no jugármela en demasía. A mitad de bajada había un chico sangrando, bastante mal (Se había roto la mandíbula, desde aquí quiero mandarle ánimo) y junto a él me encuentro a mi compañero Vicente, paro y pido que alguien saque un móvil para llamar a protección civil, todo esto rodeado de ciclistas que pasaban a nuestros lado. Una vez que se queda el chico con gente de su equipo y vemos que sobramos, Vicente y yo continuamos la carrera. Habíamos perdido muchos puestos, pero empezaba la dura subida al pinar de don Vicente, y recuperé algunos. Y hasta aquí me duró la gasolina, no se si fue por el resfriado, por la acumulación de km durante la semana aun estando enfermo o una mezcla de las 2, pero las piernas no se movían. Me pasaba gente por todos lados, excepto el compañero Vicente que me animaba y me ofrecía su rueda, pero en cada pequeño repecho me descolgaba y me era imposible seguirlo. ¡Y aun quedaba la segunda subida al pinar! Lo mas sensato hubiese sido abandonar, pero no podía permitirme ese lujo después de romper la semana pasada y acumular ya 4 abandonos este año, por lo que cambié el chip a modo terminar, sabía que no estaba en mi sitio, pero había que acabar. Y al final, tras la última subida la cual se me hizo durísima y un último llaneo tras Vicente conseguimos llegar a meta siendo el 33º élite. Está claro que después de estar en el top20 en las últimas 2 carreras no es un resultado que me agrade, pero me quedo con el hecho de haber podido acabar esta carrera con esas sensaciones tan malas y con el buen compañerismo de Vicente, que por mucho que le insistía en que tirase para delante se quedó conmigo en todo momento. Me queda mínimo 1 día de competición donde espero estar al 100% y poder acabar la temporada con gran sabor de boca. ¡Nos vemos en Ossa de Montiel!
Sabía que la cosa estaría complicada, ya que arrastraba durante toda la semana previa a la carrera un importante resfriado, pero yo quería tomar la salida y estar un "pelín" mas cerca de acabar esta temporada 2017, pues se me esta haciendo algo larga. Se dio la salida, y en un principio me encontré bastante bien, adelantando grupos para enganchar con los cabeceros, pero tras 8 km de pista rápida, llegó una bajada muy rota, con regueros y curvas en herradura, mas la "polvisquera" que levantaban las bicis, por lo que decidí levantar un poco el pie y no jugármela en demasía. A mitad de bajada había un chico sangrando, bastante mal (Se había roto la mandíbula, desde aquí quiero mandarle ánimo) y junto a él me encuentro a mi compañero Vicente, paro y pido que alguien saque un móvil para llamar a protección civil, todo esto rodeado de ciclistas que pasaban a nuestros lado. Una vez que se queda el chico con gente de su equipo y vemos que sobramos, Vicente y yo continuamos la carrera. Habíamos perdido muchos puestos, pero empezaba la dura subida al pinar de don Vicente, y recuperé algunos. Y hasta aquí me duró la gasolina, no se si fue por el resfriado, por la acumulación de km durante la semana aun estando enfermo o una mezcla de las 2, pero las piernas no se movían. Me pasaba gente por todos lados, excepto el compañero Vicente que me animaba y me ofrecía su rueda, pero en cada pequeño repecho me descolgaba y me era imposible seguirlo. ¡Y aun quedaba la segunda subida al pinar! Lo mas sensato hubiese sido abandonar, pero no podía permitirme ese lujo después de romper la semana pasada y acumular ya 4 abandonos este año, por lo que cambié el chip a modo terminar, sabía que no estaba en mi sitio, pero había que acabar. Y al final, tras la última subida la cual se me hizo durísima y un último llaneo tras Vicente conseguimos llegar a meta siendo el 33º élite. Está claro que después de estar en el top20 en las últimas 2 carreras no es un resultado que me agrade, pero me quedo con el hecho de haber podido acabar esta carrera con esas sensaciones tan malas y con el buen compañerismo de Vicente, que por mucho que le insistía en que tirase para delante se quedó conmigo en todo momento. Me queda mínimo 1 día de competición donde espero estar al 100% y poder acabar la temporada con gran sabor de boca. ¡Nos vemos en Ossa de Montiel!